España: Andoni García portavoz de ehne-bizkaia “El consumidor vasco sabe que los productos locales son más saludables”
Euskadi, Bruselas, París y otra vez Euskadi… Andoni García no para porque sabe bien lo que es dejarse la piel en defensa del sector agrario y ganadero vasco. Una entrevista de Concha Lago a Andoni García portavoz de ehne-bizkaia – Martes, 13 de Septiembre de 2016
Zalla – ¿La agricultura vasca siempre está en crisis?
-Aunque tengamos fama de estar quejándonos todo el día, hay una crisis estructural. Los datos están ahí. Nos están llevando a un mercado cada vez más abierto que es un mercado especulativo y eso provoca una crisis continua porque los precios no cubren los costes.
¿Todos lo pasan mal?
-La crisis es para todos. En general, la ganadería y el sector lácteo lo están pasando peor. Pero la patata e incluso ahora los cereales, que han estado mejor, están sufriendo la crisis. Es cíclico pero, en esos dientes de sierra, se destruyen continuamente empleos y se cierran explotaciones.
Algo bueno habrá.
– Sí, la cruda realidad a veces no nos hace valorar los elementos positivos que tenemos, como el hecho de que las escuelas agrarias estén llenas de jóvenes que quieren incorporarse.
Para un chaval debe ser difícil montar una explotación.
-La tenencia y el uso de la tierra actual hacen muy difícil la incorporación. En los sectores que exigen una gran inversión, como el de la leche, nadie puede incorporarse partiendo de cero, a no ser que coja la explotación de los padres. Es más fácil si piensa transformar el producto haciendo, por ejemplo, queso, o algo que se venda de forma directa.
En la última década, las explotaciones lácteas han bajado a la mitad.
-En toda Europa existe una crisis sin precedentes con precios ruinosos, con movilizaciones de ganaderos franceses, alemanes… En Galicia se están pagando veinte o veinticinco céntimos el litro de leche. Sin embargo, en Euskal Herria, aunque la situación también es difícil, tenemos realidades distintas. Por ejemplo, Bizkaia Esnea y Euskal Herria Esnea son proyectos cooperativos de ganaderos que están consiguiendo tener éxito con precios diferentes. También sucede con Iparlat y Kaiku, que les permite resistir a esa crisis general. Pero, si no mejora el mercado, la leche todavía caerá más en picado.
¿Es sostenible pagar sesenta céntimos por un litro de leche?
-Por debajo de un nivel de precios como ese, no se sostiene la producción. Las grandes ofertas de leche van acompañadas de pérdidas y no pagan un precio justo al productor. Otras veces, sin embargo, el consumidor paga un sobreprecio y el precio se multiplica de media más del 400% cuando llega al usuario.
¿Y cómo luchar contra esas superofertas de las grandes cadenas?
-Es complicado. Pero la sociedad vasca busca la relación directa con el baserritarra y es sensible a la alimentación local. Hace falta información para que sepa que, cuando compra ese producto, compra algo diferente que responde a una producción sostenible y a una alimentación más saludable. También se necesita que la población cobre salarios adecuados porque la crisis conlleva el consumo de alimentos menos sanos.
¿Por qué los baserritarras pagan siempre los platos rotos?
-El problema es que nosotros producimos cosas perecederas y sabes que, si hoy no las vendes, mañana no tienen salida y ya las has perdido. En la medida que se han eliminado las redes de seguridad en los precios, la industria de distribución y las multinacionales tienen el poder e imponen los precios. Todo esto pasa porque estamos a merced de la industria.
En un mercado global, ¿cómo ejercer la soberanía alimentaria?
-La política agraria está cada vez más adaptada a los acuerdos internacionales, pero se pueden hacer políticas de soberanía alimentaria.
¿Haciendo qué?
-Es importante, por ejemplo, que el próximo Gobierno vasco aborde la compra pública de alimentos de producción local. Que lleve esa producción a escuelas, a hospitales, a centros colectivos, impulsando un modelo de agricultura más sostenible.
¿Ese es el gran reto?
-Es que es posible desarrollar otro modelo de agricultura y alimentación menos dependiente del exterior. Los gobiernos tienen que impulsar una industria más local, un modelo que responda al derecho a la alimentación sana. Otro gran reto es la incorporación de jóvenes al sector a los que hay que dar viabilidad. Y también hay que abordar la tenencia de la tierra.
¿Estamos abocados a la producción masiva de transgénicos?
-La globalización que entrañan los tratados de libre comercio va acompañada de un modelo industrial de agricultura que contempla los transgénicos, que son la agricultura del negocio. Las empresas de la biotecnología quieren apoderarse de la producción agraria y de los alimentos.