Declaración de Solidaridad: ¡No al Neocolonialismo! ¡No más intervenciones extranjeras en Haití!
La Vía Campesina alza su voz en fuerte protesta contra la nueva ofensiva imperialista del “Core Group[1]” en Haití. El 2 de octubre de 2023, durante la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York, los Estados Unidos y Ecuador lograron aprobar una resolución que autoriza el despliegue de una fuerza multinacional en Haití.
Ya a finales de septiembre, los signos de esta intervención se hacían evidentes. Durante la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, diversas reuniones paralelas parecían estar preparando el terreno para esto. El presidente de la República Dominicana llamó a la intervención en Haití, justo después de ordenar el cierre de sus fronteras con el país, sin una justificación válida. Además, durante una conferencia de prensa, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió con el Primer Ministro haitiano Ariel Henry y el Ministro de Relaciones Exteriores keniano Alfred Nganga, elogiando la iniciativa de Kenia de liderar esta invasión y proporcionando 100 millones de dólares en apoyo a la fuerza multinacional dirigida por Kenia. Así, Estados Unidos está allanando el camino para su plan geopolítico de fortalecer su influencia en esta región y sus recursos naturales. Esta estrategia se deriva de su política de “gangsterización” de Haití, basada en la venta no controlada de armas, creando un clima de miedo e inseguridad en Puerto Príncipe, que ahora es explotado por los enemigos del pueblo haitiano para justificar esta nueva intervención imperialista.
Lxs campesinxs de Kenia y Haití rechazan las medidas anti-campesinas y pro-neoliberales de sus respectivos gobiernos. Unen sus voces para denunciar la absurdez de una intervención por parte de la fuerza policial de Kenia, conocida por su brutalidad y violencia, tanto contra sus propios ciudadanos como contra civiles en África. Incidentes previos incluyen violencia policial durante protestas posteriores a las controvertidas elecciones presidenciales de 2008, ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual y detenciones ilegales. La operación “Linda Nchi” en Somalia en 2011 también reveló una falta de respeto por los derechos civiles y detenciones arbitrarias de campesinxs en la frontera. Además, las desapariciones de agentes de policía kenianos siguen sin resolverse. También se documentan casos de uso excesivo de la fuerza y maltrato a civiles durante las horas de toque de queda durante la pandemia de COVID-19 en 2020. Por lo tanto, es legítimo cuestionar por qué se envía una fuerza policial con un historial de abusos contra los derechos humanos para esta supuesta “misión de solidaridad” en Haití.
El pueblo haitiano ha tenido suficiente de las intervenciones humanitarias bajo los auspicios de la ONU, que en los últimos 30 años no han cumplido sus promesas y han incrementado las violaciones de los derechos humanos en Haití. Desde 1993, las misiones de la ONU en Haití, incluyendo UNMIH, UNSMIH, UNTMIH, MIPONUH, MICAH, MINUSTAH, MINUJUSTH y BINUH, han tenido un alto costo en vidas humanas y recursos, sin lograr una solución real. MINUSTHA incluso introdujo el cólera en Haití, un agravante que se añadió al uso excesivo de la fuerza, las lesiones durante las protestas y a casos de explotación sexual y abuso. Estas costosas e ineficaces acciones han mantenido al país en la pobreza, coexistiendo con la impunidad prevaleciente en el país, la eliminación de la clase campesina y la agricultura local, al tiempo que fortalecen el control del “Core Group” sobre Haití.
Nos oponemos firmemente a esta nueva interferencia neocolonial que los Estados Unidos intentan promover a través de sus gobiernos satélites y la complicidad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los intereses económicos no deben primar sobre los derechos humanos de los haitianos. Las organizaciones campesinas y sociales ya han presentado soluciones basadas en la autonomía popular y la Soberanía Alimentaria a través del Acuerdo del 30 de agosto, también conocido como Acuerdo de Montana. Este acuerdo ha permitido a las organizaciones locales crear una propuesta para una transición democrática, participativa y dirigida por y para el pueblo haitiano. Define un plan concreto para resolver la crisis actual: La solución haitiana a la crisis en Haití, evitando la interferencia de los poderes corruptos e imperialistas responsables de los disturbios sociales, políticos y económicos.
¡Decimos no a los Estados Unidos y al “Core Group” en Haití! ¡No a la intervención armada de Kenia! ¡Por un Haití libre de intervenciones extranjeras! Respetemos la solución haitiana para Haití.
[1] El Core Group de Haití está compuesto por el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas, los Embajadores de Brasil, Canadá, la Unión Europea, Francia, Alemania, España y los Estados Unidos de América, así como el Representante Especial de la Organización de Estados Americanos.