Declaración de FIAN y La Vía Campesina en el Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos
Ginebra – Sesión N. 8 – Febrero 20-24 de 2012
Sr. Presidente/ Sra. Presidenta,
La Via Campesina, el movimiento internacional campesino, de la mano de FIAN Internacional, quieren elogiar el trabajo desarrollado por el Comité Asesor en su estudio final sobre el avance de los derechos de los/as campesinos/as y otras personas trabajadoras en las áreas rurales.
El acceso seguro y el control sobre la tierra y sus recursos productivos están intrínsecamente vinculados al disfrute de los derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos así como en varios tratados internacionales como el derecho a una alimentación adecuada, a la auto-determinación, a un adecuado estándar de vida, de vivienda, de salud, de cultura, de propiedad y de participación.
Notamos con gran preocupación que el actual fenómeno de acaparamiento de tierras está socavando estos derechos. Poderosos inversores extranjeros del sector privado y público están concluyendo acuerdos con los Estados para tomar posesión o control de la tierra – muchos de ellos incluyendo más de 10,000 hectáreas y otros más llegando hasta las 500,000 hectáreas – lo que es un punto crucial en el desarrollo de la actual y futura soberanía alimentaria de dichos países donde se realizan los procesos de acaparamiento. El Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas estima que entre 50 y 80 millones de hectáreas de tierras en países de ingresos medianos y bajos han sido objeto de negociación por parte de inversores internacionales que buscan comprar o arrendar esos terrenos. Todos los estudios disponibles que han examinado el impacto de esta voracidad por tierras coinciden en concluir que las transacciones de tierra a gran escala están menoscabando la seguridad alimentaria, los ingresos, los medios de vida y el medio ambiente de la población local.
Durante una conferencia internacional llevada a cabo en la aldea Nyeleni, en Malí, en noviembre del 2011, reiteramos el Llamado de Dakar firmado por más de 900 organizaciones a nivel mundial, para resistir contra el acaparamiento de tierras por todos los medios posibles, para apoyar a aquellas personas que luchan contra este fenómeno y para presionar a los gobiernos y a las instituciones internacionales para que cumplan con sus obligaciones, asegurando y sosteniendo los derechos de los pueblos.
El estudio final del Comité Asesor juega entonces un importantísimo rol al abordar el problema de acaparamiento de tierras, de manera conjunta a la discriminación histórica que se hace del campesinado, especialmente de las mujeres, dentro del acceso y control de los recursos productivos como la tierra, el agua y las semillas.
Urgimos a la comunidad internacional, incluyendo las agencias de desarrollo, y a las Naciones Unidas, a cambiar significativamente sus políticas de manera que contribuyan a la realización plena de los derechos de campesinas y campesinos y de otras personas trabajadoras en las áreas rurales, incluyendo políticas que den prioridad a atender las necesidades de las personas más vulnerables trabajadoras en el medio rural.
Esto incluye el mejoramiento en la puesta en marcha de los actuales instrumentos de derechos humanos que protegen los derechos de campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras en las zonas rurales, puesto que sentimos que dichos instrumentos existentes son claramente insuficientes en la protección de nuestros derechos.
Las violaciones a nuestros derechos sobre la tierra ocurren mientras que el fenómeno actual a nivel global de acaparamiento de tierras se está agudizando, y el hambre sigue siendo predominante en las áreas rurales. Son todas éstas las principales razones por las que necesitamos mayor reconocimiento y mayor protección de los derechos de campesinas, campesinos y personas trabajadoras del medio rural. Así, la creación de un nuevo instrumento especial dentro del sistema internacional de derechos humanos para la protección del campesinado y de otras personas trabajando en zonas rurales es crucial para superar y vencer el problema.
El empobrecimiento y la marginación del sector campesino y de las demás personas que trabajan en zonas rurales, en muchas maneras, ha contribuido significativamente al empeoramiento de la actual situación alimentaria. Campesinado y trabajadores y trabajadoras en áreas rurales deben de situarse en el corazón mismo de los esfuerzos que van hacia la superación de la discriminación en el disfrute pleno del derechos a la alimentación. Si los derechos humanos deben prevalecer, la comunidad internacional necesita ser valiente y audaz y actuar con la diligencia necesaria para aumentar la protección de los derechos humanos de campesinas, de campesinos y de todas aquellas personas trabajadoras en las áreas rurales.
Les agradezco,
Sr. Presidente / Sra. Presidente
Presentada por Javier Sáchez Anso, miembro del Comité Coordinador de La Vía Campesina