Declaracion De Bangalore De La Via Campesina
III CONFERENCIA INTERNACIONAL
Nosotros, La Vía Campesina, un movimiento mundial de organizaciones de mujeres rurales, campesinos, campesinas, pequeños agricultores y agricultoras, trabajadores y trabajadoras del campo y pueblos indígenas, de todas las regiones del mundo (Asia, Europa, América y Africa) nos hemos reunido cerca de Bangalore, India, en la III Asamblea Internacional para confirmar nuestra determinación de defender nuestras culturas y nuestros derechos. Más de 100 delegados y delegadas de 40 países, representando cientos de organizaciones de campesinos y campesinas y millones de familias campesinas, nos reunimos del 3 al 6 de Octubre del 2000. Estamos unidos en nuestro compromiso de confrontar y vencer a la agenda global del neoliberalismo. Los impactos negativos de la globalización son agudos y trágicos en el campo. La imposición de los acuerdos regionales de comercio y de la Organización Mundial de Comercio (OMC) están destruyendo nuestra subsistencia, nuestras culturas y el entorno natural. No podemos y no toleraremos la injusticia y destrucción que están causando estas políticas. Nuestra lucha es histórica, dinámica y resuelta.
La liberalización forzada del comercio de productos agrícolas en las regiones y alrededor del mundo está dando como resultado precios desastrosamente bajos en muchos de los alimentos que producimos. A medida que las importaciones de alimentos baratos inundan los mercados locales, las familias campesinas y agricultoras ya no pueden producir alimentos para sus propias familias y comunidades y se ven forzadas a salir de su tierra. Estas disposiciones injustas de comercio están destruyendo a las comunidades y culturas rurales, imponiendo nuevos patrones de alimentación en todas partes del mundo. Los alimentos locales y tradicionales están siendo reemplazados por productos alimenticios importados, de bajo precio y a menudo de más baja calidad. Los alimentos son una parte clave de la cultura, y la agenda neoliberal está destruyendo la esencia misma de nuestras vidas y culturas. No aceptamos el hambre y el desplazamiento. Demandamos soberanía alimentaria, lo cual significa el derecho a producir nuestra propia comida.
El movimiento masivo de alimentos alrededor del mundo esta produciendo un aumento forzoso en el movimiento de personas. La destrucción de las economías locales está aumentando la pobreza y forzando el desplazamiento de millones de personas en busca de tierras o empleos. Ya sean campesinos y campesinas mexicanas y trabajadores y trabajadoras cruzando hacia los Estados Unidos o pobladores(as) del norte de Africa que se van a España, las causas fundamentales de los desplazamientos de estas poblaciones son el orden económico y social injusto impuesto por la agenda neoliberal. Los movimientos forzados de campesinos dentro de los países, tales como el desplazamiento de miles de campesinos dentro de India y otros países del planeta, debido tanto a los desastres naturales como a los producidos por el hombre, son igualmente devastadores.
Estas migraciones desestabilizan a las comunidades, llevando a un aumento de violencia, conflictos étnicos e inseguridad en todas partes. Los pueblos migrantes, desarraigados, en particular las mujeres, son vulnerables a una terrible explotación y abuso. Denunciamos el desplazamiento forzado de campesinos y campesinas; demandamos que se ponga fín a las brutales operaciones militares que se están utilizando para suprimir a las personas que buscan justicia. La criminalización de aquellos que se organizan por condiciones más justas, debe detenerse.
Denunciamos las políticas del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones internacionales que implementan fraudulentamente las llamadas “políticas de desarrollo rural” que están realmente diseñadas para robarnos nuestra herencia común: tierra, agua y recursos genéticos. No estamos engañados por el programa para privatizar el agua como una forma de obtener inversión y desarrollo. Nuestras experiencias nos enseñan que la privatización de la tierra nos está llevando a más deuda, más hambre y más injusticia para las familias campesinas e indígenas. Demandamos una genuina y justa reforma agraria.
La patentización de formas de vida, que le da a la propiedad privada, la propiedad y control sobre recursos genéticos e incluso sobre genes humanos, es absolutamente inaceptable. No cederemos la propiedad de nuestra herencia común y la base de toda nuestra vida al sector corporativo transnacional. La privatización de recursos naturales está concentrando estos bienes comunes en las manos de los ricos que los utilizan para lujos, mientras que las necesidades básicas no se cubren. En este orden mundial pervertido, la tierra se utiliza para campos de golf en lugar de utilizarla para producir alimentos y el agua se vende y desvía a hoteles y piscinas, en lugar de proporcionar agua potable y satisfacer otras necesidades para la gente. La Vía Campesina está en
los frentes de lucha contra la privatización de recursos naturales. Esta es una lucha campesina a favor de toda la humanidad.
La Vía Campesina está comprometida a cambiar los modelos injustos e insostenibles de producción y comercio. Los campesinos, campesinas, agricultores y agricultoras están sufriendo una crisis financiera, social y cultural en todas partes, en el norte y en el sur; en todos los lugares estamos comprometidos a trabajar en solidaridad para construir sociedades campesinas más justas y sostenibles.
Nosotros, los campesinos y campesinas y sociedades agrícolas de pequeña escala, no estamos vencidos. Somos fuertes y tenemos determinación y somos la mayoría en el mundo. Estamos orgullosos y orgullosas de nuestro trabajo, el cual es producir alimentos seguros para nuestras familias y la humanidad. Apreciamos nuestra diversidad, tanto biológica como cultural. El futuro nos pertenece.
La Vía Campesina está comprometida a construir alianzas fuertes y duraderas para cambiar la dirección del orden económico. Nosotros y nosotras, con aquellos y aquellas que comparten nuestra visión, cambiaremos el modelo económico actual con el fin de proteger y desarrollar la agricultura campesina confiando en la sabiduría tradicional. Demandamos acceso a la tierra y el derecho a producir nuestro propio alimento.
La Vía Campesina es un movimiento que reconoce la completa igualdad y valor tanto de hombres como de mujeres. Esta conferencia confirmó esto a través de un cambio estructural que asegura que las mujeres y hombres del campo compartiremos responsabilidades de manera igual en el movimiento. Buscamos fortalecer procesos abiertos y democráticos dentro de nuestro movimiento.
La Vía Campesina continuará luchando por justicia con movilizaciones y acciones en todo el mundo desde las calles de Seattle hasta las laderas de las montañas de Perú. Estamos comprometidos a utilizar las estrategias más efectivas y no violentas disponibles, que van desde negarse a participar y realizar acciones directas, hasta las negociaciones, si éstas favorecen nuestras posiciones.
La Vía Campesina está comprometida a lograr soberanía alimentaría y nos involucraremos en una campaña mundial contra las importaciones de alimentos de bajo precio.