Combustible hoy, hambre para el mañana
“Respetemos la tierra madre de nuestros alimentos”
Con el sello de Desarrollo de Energías Alternativa se inicia en República Dominicana la legitimación del nuevo despojo de la tierra y la instauración de un sistema de crimen biológico a la humanidad: sustituyendo semillas alimentarías por siembra de Oleaginosa, para la obtención de agrocombustibles.
Arístides Fernández Zucco, presidente de la Comisión Nacional de Energía, anunció que el país recibirá unos fondos para inversiones en el campo energético que superan los 200 millones de dólares para producir agrocombustibles.
El proceso tiene lugar en República Dominicana a unos días de haberse producido en Guatemala y en México importantes protestas contra el uso de tierras productivas para la siembra de cultivos para producir etanol.
El ETANOL es una sustancia producida por la fermentación de plantas de azúcar, en los Estados Unidos, típicamente de maíz y otros productos de grano, pero en Latinoamérica su base productiva es la caña de azúcar y Brasil su líder en exploración.
El agotamiento de los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) que son claves en el desarrollo de la vida de nuestras sociedades, hace imperativa la investigación, fomento y uso de nuevos recursos energéticos, pero tal necesidad no justifica abrir una brecha de despojo de la tierra y de debilitamiento de la producción de alimentos para la HUMANIDAD.
La tendencia de crear nuevas fuente de energías “biomasa” ( masa biológica) supone la obtención de combustible desde fuentes vivas, por ejemplo plantas, microorganismos, o incluso, estiércol (es el caso de la provincia china de Sichuán, donde se obtiene gas a partir de estiércol).
Sin embargo, Estados Unidos estimula la producción del etanol, extraído productos vegetales (cereales, caña de azúcar, remolacha, maíz o trigo), en detrimento de la producción de alimento, comprometiendo grandes áreas de tierra fértil que podría mitigar el hambre y crear una verdadera soberanía alimentaria en los pueblos del Tercer Mundo.
Este derroche de cultivar cereales para producir combustible, sin incluir las semillas oleaginosas, solo serviría para ahorrarles a los países ricos menos del 15 por ciento del consumo anual de lo que necesita la industria de automóviles.
“El etanol no va a resolver los problemas energéticos del mundo por sí solo,” aseguró la dirigente brasileña María Luisa Mendoza en cuanto a la necesidad de desmitificar la propaganda sobre los supuestos beneficios de los agrocombustibles.
Así l también o denunciaron decenas de campesinos que se oponen a la renta de unas 120 mil hectáreas de las ampliaciones forestales de los ejidos Pomuch y Champotón a la empresa trasnacional Golden Gate, que pretende deforestar esos campos para sembrar maíz, caña para producir etanol.
La organizaciones especializadas de Naciones Unidas advirtieron que los beneficios de los combustibles extraídos de fuentes vivas como la de “vegetaciones” puede crear serios problemas al medio ambiente y para la alimentación en los países subdesarrollados.
Especialistas de la FAO han señalado que la expansión de siembras como el maíz y la caña de azúcar para producir etanol requieren de un abundante agua y de fertilizantes químicos dañinos al medioambiente.
De acuerdo con estadísticas de la ONU, divulgadas en el curso del Foro Indígena efectuado recientemente, la tala de bosques para dejar espacio vírgenes, para los sembrados que serán utilizados en la elaboración de etanol pone en riesgo a más de 60 millones de indígenas.
No obstante, los gobiernos de varios países, incluido República Dominicana, están negociando con las trasnacionales, grandes masa de terrenos para implantar la nueva jugosa industria.
En República Dominicana ya se implantó, en la provincia Bahoruco, un proyecto piloto auspiciado por el gobierno brasileño para el cultivo de higuereta, para producir el biogasoil, sustituto del gasoil, lo cual fue presentado ante cientos de agricultores.
La CNE anunció además la ampliación del programa Experimental de Siembras de Oleaginosa, para la producción de biodiesel, en el Guineero, La Cruz de Manzanillo.
EL presidente de la Comisión Nacional de Energía , Arístides Fernández Zucco, defiende como línea de desarrollo la introducción, a gran escala, de la producción de agrocombustibles, en tal sentido presentó en operación de prueba un reactor u horno de Pirólisis Catalítica por calentamiento para esas producciones a partir de la utilización de oleaginosas criollas, elaborado por el científico norteamericano, Mr. John Rivera, de U.S. Sustainable Energy Corporation.
Informó que el país ha recibido oferta de inversión en proyectos que sobrepasan los US$2,000 millones, la cual ha sido motivada por la aprobación de la ley de Incentivo a las Energías Renovables.
Estas noticias establecen un panorama sombrío para la producción de alimentos en República Dominicana. Nuestros campesinos son engañados con argumentos de “buena voluntad” para que vendan sus tierras por monto irrisorios, sin saber que están comprometiendo la alimentación familiar. Esta es una nueva política de despojo bajo el manto del afamado “DESARROLLO”.
Esta es una agresión a la tierra y a la mística de auto sustento que ha heredamos de poblaciones ancestrales.
¿Donde sembraremos nuestro maíz, nuestro guandú, nuestra habichuela?
Estamos frente a una carrera loca que ensanchara la brecha del hambre y del empobrecimiento del campesinado.
Respetemos la misión universal de la tierra.
Por Maritza Barranco,
Conamuca, Republica Dominicana