Camino a Cancun
La Jornada (México)
Peter Rosset y María Elena Martínez
Un nuevo estado de ánimo invade a los campesinos de Carrillo Puerto, Quintana Roo. Hace apenas unos días los más de 30 representantes ejidales de ese municipio discutieron sobre su participación en el Foro Internacional Campesino y la gran marcha a celebrarse en Cancún. Rara vez pueden asistir a reuniones internacionales todos los integrantes de la comunidad; usualmente sólo participan sus representantes. Pero en esta ocasión las cosas serán diferentes. El encuentro será muy cerca de su casa y allí se decidirán cosas que los afectan.
Dos hechos influyen en este nuevo interés de los ejidos forestales y productores de maíz de Felipe Carrillo Puerto, de Morelos y de Lázaro Cardenas, miembros de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA). Por un lado, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha provocado la caída del precio del maíz; por otro lado temen, con razón, que un acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) implique la eliminación de los apoyos forestales que les proporcionan las instituciones gubernamentales.
La posición de la UNORCA frente a la próxima reunión ministerial de la OMC es similar a la de Vía Campesina, federación global de organizaciones agrícolas de 70 países que representan a más de 100 millones de personas. Se sintetiza en una consigna: "OMC fuera de la agricultura". Se trata de defender la agricultura campesina, de pequeña escala, de garantizar el "derecho a existir", vulnerados por la globalización, el libre comercio y el dominio de los mercados por parte las trasnacionales en el mercado. Esos factores presionan a la baja los precios que reciben los campesinos, les hace perder el control de la comercialización de sus cosechas y propician el desmantelamiento de políticas favorables a la producción en pequeña escala.
Los resultados de todo esto se observan en los ejidos. Según Jaime Castillo, dirigente de la UNORCA, "hay muchos campesinos que venden o rentan sus tierras a sus compañeros de ejido que son más competitivos; hay exclusión, hay migración. Campesinos que pretenden desarrollar modelos agroforestales -por ejemplo, la combinación de café con productos forestales y frutales- se quedan en el camino o no encuentran forma de desarrollarse, pues el modelo económico vigente impulsa sólo la agricultura moderna, el monocultivo, la producción a gran escala".
Los ejidatarios de Quintana Roo están realmente preocupados porque la propuesta de la OMC prohibiría cualquier apoyo gubernamental al ejido forestal, pues se podría interpretar, con la lógica perversa de esta organización, como una "competencia desleal" para las gigantes trasnacionales de las plantaciones forestales, como Mitsubishi y Weyerhauser.
Un ejidatario de Lázaro Cárdenas señaló en lengua maya durante las reuniones informativas sobre la OMC: "Es increíble pensar que unos centavitos para nuestras pequeñas parcelas comunitarias podrían considerarse una amenaza comercial para las trasnacionales". "Además dijo otro- no podemos callarnos frente a la contaminación de nuestro maíz, que lleva consigo nuestra cultura, por el maíz chatarra, transgénico, subvencionado, que se importa bajo el libre comercio". Otro más añadió: "Normalmente uno no puede incidir sobre un organismo con sede al otro lado del mundo. Pero ahora viene a nuestra casa a chingarnos y uno tiene que responder".
La UNORCA pretende movilizar a 8 mil ejidatarios que quieren ir a Cancún para que los escuchen. "Vamos a defender lo nuestro", fue el consenso de los campesinos. Todos se preparan para llevar a Cancún sus semillas y plántulas de árboles que son símbolo de la vida y la cultura maya en esta zona. Llevarán sus músicos y sus rezanderos para las múltiples ceremonias en las que prenderán las antorchas de alerta contra el nuevo conquistador: las grandes compañías trasnacionales defendidas por la OMC en su quinto encuentro ministerial en Cancún.
Junto con Vía Campesina, la UNORCA será anfitriona de un gran foro abierto a todos, el Foro Campesino Internacional, los días 8 y 9 de septiembre en Cancún, y organizadora de una gran marcha campesina e indígena contra la OMC y en favor de la vida, el día 10. Mesas de discusión, encuentros con campesinos de todo el mundo y una reunión con sindicatos, el día 11, enriquecerán la experiencia de los participantes.
"El campesino mexicano entiende muy bien el libre comercio", dijo Alberto Gómez Flores, coordinador nacional de la UNORCA. "Con el TLCAN hemos sido los conejillos de indias de un experimento cuyo resultado se quiere aplicar al mundo entero vía los acuerdos de agricultura de la OMC. Para México -subrayó- la OMC viene siendo una dosis mucho más fuerte de la misma medicina amarga que nos ha significado el TLCAN, que ha traído para abajo los precios de maíz en 50 por ciento".
Si el futuro de la quinta reunión ministerial de la OMC depende de los acuerdos a los que se llegue en el tema agrícola, miles de campesinos irán a Cancún para decir fuerte y claro que no están dispuestos a que esos acuerdos sean contra ellos.