Brasil: El pueblo paga muy caro por la energía eléctrica
Durante los últimos 20 años, las tarifas de energía eléctrica para residencias aumentaron cerca de 202%, mucho más que la inflación, que fue un 130%.
Tras la privatización de la energía eléctrica, las tarifas para la población brasilera aumentaron mucho y la calidad del servició empeoró. En los últimos 20 años la energía eléctrica fue privatizada y grandes corporaciones internacionales se apropiaron de toda la cadena energética, de la generación a la distribución.
Como consecuencia, las tarifas de energía eléctrica para residencias aumentaron cerca del 202%, mucho más que la inflación (IPCA, índice utilizado para medir la variación de los precios al consumidor), que fue de un 130%.
Brasil es un país en el que el costo para producir energía eléctrica es bastante bajo, especialmente porque, en promedio, el 80% de la misma se genera en hidroeléctricas. Sin embargo las tarifas brasileras fueron elevadas a precios internacionales y la población brasilera empezó a pagar una de las tarifas más altas del mundo.
Según el profesor Dorival Gonçalves de la Universidad Federal de Mato Grosso, en 2012 la tarifa residencial media costaba R$ 0,33/KWh (unos USD 0,15), sin contar el impuesto, cerca de un 25% más cara que la tarifa pagada por los usuarios de Francia, donde el 76% de la energía se produce en usinas nucleares y aproximadamente un 100% más cara que las tarifas residenciales pagadas en Washington, estado estadounidense que tiene una matriz energética semejante a la brasilera.
Esto es resultado de implementar un modelo privado que privilegia el capital internacional especulativo y que transformó la venta de electricidad en un negocio sumamente lucrativo.
En este modelo las agencias reguladoras, entre ellas la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL), ha sido un espacio en el que los empresarios pueden negociar formas de aumentar las tarifas, sin contar las manipulaciones y especulaciones que allí se legalizan.
De esta manera la cuenta de luz que llega mensualmente a cerca de 60 millones de residencias se transformó en el principal instrumento para garantizar las altas tasas de explotación y las extraordinarias ganancias de los empresarios.
Estos dominan la cadena de energía eléctrica desde la construcción de usinas hasta la generación, transmisión y distribución de energía a los especuladores de la comercialización y los grandes consumidores que reciben energía más barata que los consumidores residenciales.
A los accionistas, miles de millones
Datos indican que en los últimos siete años entre solo cinco empresas de energía eléctrica remitieron a sus accionistas un lucro equivalente a todo el dinero gastado en educación en un año en Brasil. Ellas son: la estadounidense AES Corporation, dueña de la AES Eletrpaulo y de la AES Tieté, la francesa Suez Tractebel, las brasileras Camargo Correa y Cemig y la española Iberdrola.
Un estudio realizado por el Movimiento de Afectados por Represas (MAB, en sus siglas en portugués) constató que en los últimos siete años (2006/2012) las empresas AES Eletrpaulo, AES Tieté, Suez Tractebel, CPFL Energía y Cemig, que cubren a casi el 75% de la población brasilera tuvieron un lucro líquido total de 45,7 mil millones de reales (unos 22,5 mil millones de dólares). En el mismo período las mismas remitieron a sus accionistas 40,7 mil millones de reales en dividendos, 90% del lucro. Es decir, en Brasil, las ganancias de las empresas del sector eléctrico son extraordinarias y todo es enviado a los accionistas en forma de lucro.