Brasil: Carta de la 17a Jornada de Agroecología

(Curitiba, 09 de Junio de 2018) Nosotros, pueblos del campo, la ciudad, las aguas y los bosques, representados por más de 10 mil participantes, oriundos de Paraná, de otros 6 estados brasileros y más de 25 países, construimos la 17a Jornada de Agroecología y transformamos Curitiba, la capital de la arquitectura del golpe, en la capital de la lucha popular y la lucha por la alimentación saludable. Y con ese compromiso y admiración nos unimos las trabajadoras y los trabajadores que permanecen firmes en vigilia hace más de 60 días por la democracia y por la libertad del presidente Lula.

Aquí, el poder judicial, con sus privilegios y corrupciones, se articuló como aparato de la elite atrasada nacional y de la elite imperialista internacional con el objetivo central de destruir un proyecto soberano de país que estaba en construcción. Se aliaron para congelar el estado social por 20 años, para avanzar contra los derechos del pueblo, para asfixiar las políticas públicas construidas con ardor en la última década – como el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) -, acallando luchadoras y luchadores, criminalizándolos o segando sus vidas. Aquí, en esta misma ciudad, hoy los movimientos sociales plantan las banderas rojas de la lucha e izan las banderas coloridas de la diversidad de la vida.

En el frio cortante de la coyuntura, calentamos e inflamamos la resistencia. Construimos con el calor de nuestras manos, de nuestros cuerpos, nuestros rostros y nuestras voces la unidad de los sueños y proyectos para un Brasil popular, soberano y diverso. Todos juntos y sin miedo. Cambiamos saberes, sabores, colores y culturas, afirmando a la capital paranaense como una ocupación permanente de resistencia.

Los saberes populares construidos en el pensar y hacer agroecológicos y los saberes construidos en los espacios criticos de la academia se encontraron y mostraron que es posible y necesario caminar un nuevo rumbo juntos. Durante cuatro días de Jornada caminamos la palabra, dialogamos y practicamos una agroecología del campo y la ciudad, de quien produce y de quien consume. Debatimos en seminarios y conferencias. Realizamos talleres. En el “túnel del tiempo” mostramos la riqueza de la historia de la agricultura y la necesidad urgente de construir un proyecto popular, ecologico y soberano que la transforme. Trajimos los frutos de nuestro trabajo y nuestras semillas para la feria agroecológica. Compartimos nuestras comidas en la “cocina de la tierra”. Cantamos, bailamos y contamos la cultura de la diversidad y del compromiso. La Jornada de Agroecología es todo eso: una gran novela que enreda los que ya tienen un largo camino con aquellos que se inician en la transición agroecológica.

Fueron días muy intensos de preguntas: por que el agro negocio en Brasil insiste en liberar el uso de agrotóxicos en los alimentos que comemos en hasta 400 veces y el agua que bebemos en hasta 5000 veces más que en Europa? Qué significa que los campesinos y campesinas la reducción de políticas públicas que apoyan la producción de alimentos de calidad para la mesa del pueblo brasilero? Como podemos enfrentar la industria cultural que promueve una cultura destructiva, reforzando preconceptos y un modelo de vida que nos enferma?

Pero también, fueron días de respuestas. La propaganda no nos engaña: el agro negocio no es tech, es toxico. La agroecología es vida y cultura. La participación intense de las mujeres en la agroecología no solo se reequilibra la desigual división sexual del trabajo, también introduce la necesidad de repensar nuestra sociedad desde el cuidado y contra el capital que mata; conseguimos reconocer que existen otras formas de pensar la economía, ya no más dominada por el lucro y la competencia, pero si desde la solidaridad, la diversidad y la organización popular; consideramos que la educación comprometida con la liberación y la crítica, como la educación del campo, continua apuntando salidas necesarias para la crisis civilizatoria en la que estamos.

Con la experiencia que acumulamos en las 16 Jornadas anteriores y con la Fortaleza de los debates y de los haceres de esta 17a Jornada queremos alzar la voz para presentar nuestra critica, precise y directa, a la dominación de las grandes empresas y corporaciones que transforman toda la biodiversidad en mercancía y violan los derechos humanos. Para nosotros, la biodiversidad es un bien común que se debe desarrollar junto a los pueblos que cultivan la tierra y la vida, con los saberes tradicionales, la creatividad de las juventudes y la fuerza de las mujeres.

Denunciamos la guerra agraria que arrasa nuestro país, que concentra tierras, bosques y aguas, que envenena los alimentos, que expulsa del campo y que mata a campesinas y campesinos. Por eso, reafirmamos nuestro compromiso por una tierra libre de transgénicos, libre de las nuevas manipulaciones genéticas y sin agrotóxicos.

Sabemos que para hacer agroecología es preciso el acceso a la tierra y a la biodiversidad en ella contenida. La reforma agraria popular urge como nunca, así como la demarcación de tierras indígenas, la titulación de territorios quilombolas, el reconocimiento de territorios de comunidades tradicionales y el asentamiento de más de 100 mil familias acampadas hoy en Brasil. Solo así el alimento debe retornar hacia su naturaleza de nutrición humana y animal y a su papel fundamental en la cultura de los pueblos. La agricultura debe estar al servicio de la humanidad y no del capital.

Afirmamos que la agroecología no es solamente producir sin veneno. Agroecología es proyecto político, es práctica, es movimiento, es ciencia y educación populares. Es garantía de la igualdad y la diversidad racial, de género y de sexualidad. Es valorización del trabajo y del ser y saber campesino. Es respeto y promoción de la diversidad social, ambiental e identitaria. La Agroecología es la capacidad concreta de los pueblos para enfrentar los cambios climáticos del planeta y garantizar la soberanía alimentaria. Es por eso también que la agroecología y la democracia son indisociables.

Trabamos día a día, batallas por más derechos, elecciones libres y democráticas. Sabemos que el poder popular nos corresponde. Es nuestra tarea histórica que no será delegada a las elites dependientes brasileras y ni a los imperialistas de la burguesía internacional. Retomemos las riendas de nuestra historia. Tejiendo el futuro que ya comenzó.

Somos millones que en marcha, en el campo, en la ciudad, en las aguas, en los bosques, en los rincones de Paraná, de Brasil y del mundo gritan por solidaridad, libertad y justicia.

Por eso, exigimos la libertad para Lula y para todos los luchadores y luchadoras del pueblo, encarcelados y criminalizados por osar soñar con vida, paz, pan e igualdad para toda la humanidad.

Piensan que pueden apresarnos, pero seguimos libres y luchando! Piensan que nos pueden matar, pero somos semillas!

En respuesta a la violencia nos unimos. En respuesta a barbarie nos organizamos. En la unidad, venceremos. No tenemos tiempo para tener miedo. Tenemos nuestros puños y el sentimiento del mundo.

Cuidando de la Tierra, cultivando biodiversidad y cosechando soberanía alimentaria!

Viva la Jornada de Agroecología!

Viva la democracia!

Lula Libre!!

Más información: www.jornadaagroecologia.com.br