ANAMURI: La rebelión popular en Chile
Comunicado de la Asociaición Nacional de Mujeres Rurales de Indígenas, ANAMURI de la Cloc – Vía Campesina Chile.
“Hoy, martes 22 de octubre, las manifestaciones siguen, de manera abrumadoramente pacífica. Llamamos a unirnos en masa al Paro Nacional del 23 y 24 de octubre, junto a cientos de otras organizaciones del país, asumiendo que esta lucha es larga, que debemos fortalecer nuestras organizaciones y conciencia política, continuar las movilizaciones y la construcción de unidad, para no parar hasta conseguir los cambios profundos que aseguren un futuro digno y justo”.
Hoy la rebelión popular estalla abruptamente. Nuestro pueblo despierta ante tanta injusticia y abuso, siguiendo el ejemplo de pueblos hermanos. Fueron los jóvenes y niños -el futuro de la patria, como lo decía Allende- los que con la audacia que los caracteriza hicieron los primeros llamados a evadir y romper las barreras del silencio. Los años de indignación de las grandes mayorías se convirtieron entonces en un torrente imparable. Nos llena el corazón esta explosión de rebeldía y dignidad.
Al mismo tiempo, vemos con indignación y horror, cómo el gobierno ha desatado una represión criminal al peor estilo pinochetista, y hace oídos sordos a las demandas de la inmensa mayoría. Al día de hoy, nos enlutan 15 muertos, cerca de 2000 detenidos, un centenar de heridos con armas de fuego y decenas de jóvenes desaparecidos, a los que sus familias buscan con desesperación. El gobierno se niega a tratar a los muertos con el mínimo de dignidad y compasión humana, y no entrega nombres ni las circunstancias en que murieron, convirtiendo a las víctimas en simples números. Por su parte, la derecha y el empresariado lanzan junto al gobierno consignas vacías de unidad en torno a la nada, mientras se expande el Estado de Emergencia a más y más ciudades y las redes sociales muestran al ejército y a carabineros disparando, golpeando sin control, gaseando y deteniendo manifestantes pacíficos. Es de extrema gravedad y nos recuerda los peores tiempos de la dictadura que representantes del Instituto de Derechos Humanos no hayan podido constatar el estado de heridos y detenidos.
Saludamos con admiración a las y los miles y miles de jóvenes que han jugado un papel crucial en la organización de protestas pacíficas y disciplinadas, donde han dado ejemplo de solidaridad, perseverancia, valentía y buen humor. Ellas y ellos demuestran que el neoliberalismo y su ideología no han logrado callar lo mejor de nuestras conciencias.
Repudiamos con indignación el papel que están jugando el grueso de los medios de comunicación, que sólo buscan resaltar de manera sensacionalista los desmanes, legitiman el Estado de Emergencia, no cuestionan a las autoridades sobre las víctimas de la represión y crean artificialmente un estado de angustia y sicosis, sin cuestionar el papel que juegan en ello las autoridades y los dueños de bancos, y grandes supermercados. Aquellos medios y periodistas que olvidan que un papel central del periodismo es cuestionar el poder sólo avergüenzan a la profesión.
No desconocemos ni compartimos los desmanes que en nombre de la lucha algunos sectores minoritarios llevan a cabo. No vemos en qué nos permite avanzar en la lucha quemar buses, el Metro, destruir propiedades de grandes consorcios que tienen todo asegurado, o atacar pequeños negocios de personas que viven las mismas inseguridades de todo el pueblo. Por otro lado, no podemos dejar de sospechar que en esas acciones han estado involucrados provocadores, lumpen y, sin lugar a dudas, agentes de la inteligencia civil, militar y policial.
Las organizaciones miembro de ANAMURI hemos venido desde nuestros inicios planteándonos y participando en las centenares de manifestaciones ciudadanas contra los abusos que por décadas hemos enfrentado el pueblo de Chile y en particular los sectores del campo. Hoy nos unimos con decisión y alegría a cientos de organizaciones sociales, populares y políticas, con las que hemos participado en las movilizaciones de forma totalmente pacífica, llamando a demostrarse de manera activa y clara, pero sin desmanes. Queremos a todos en la calle, pero no queremos sangre derramada, ni heridos, ni detenidos, ni víctimas. Son muchos los muertos que hemos tenido en décadas de lucha y resistencia, no queremos ni uno más.
Que no quepa duda que los principales responsables de las muertes y heridos son el gobierno y sus representantes que hablan de “guerra”, así como los partidos de derecha, los medios de comunicación cómplices y los empresarios que sólo llaman a más represión y se niegan a escuchar nuestros reclamos y demandas. La historia los dejará como lo que son: abusadores, ambiciosos sin límite, indignos y cobardes.
Hoy, martes 22 de octubre, las manifestaciones siguen, de manera abrumadoramente pacífica. Llamamos a unirnos en masa al Paro Nacional del 23 y 24 de octubre, junto a cientos de otras organizaciones del país, asumiendo que esta lucha es larga, que debemos fortalecer nuestras organizaciones y conciencia política, continuar las movilizaciones y la construcción de unidad, para no parar hasta conseguir los cambios profundos que aseguren un futuro digno y justo.