8ª Conferencia Internacional de La Vía Campesina: Contexto político mundial

Bogotá, 3 diciembre

En la tarde del domingo 3 de diciembre, representantes de La Vía Campesina de todos los continentes y Palestina ofrecieron análisis críticos desde sus contextos regionales, estableciendo conexiones entre la crisis climática, la migración y la inestabilidad política. Este es un componente crítico de la construcción y el avance de un movimiento global por la soberanía alimentaria para fomentar la conciencia crítica de realidades geográficas, luchas y victorias dispares.

César Villanova, representante de LVC de El Salvador, compartió que América Latina es uno de los últimos campos de batalla críticos en la lucha contra el neoimperialismo. Se está librando una guerra por la sangre -es decir, los recursos- de América Latina, y esa guerra no es simplemente simbólica sino muy real, y se siente en territorios desde México y El Salvador, pasando por Colombia, y hacia el sur en Chile.

Basándose en el debate de Villanova sobre los conflictos territoriales, Albert Bahana Manzambi (COPACO, República Democrática del Congo), ofreció a continuación una visión de la experiencia africana, haciendo hincapié en que varias empresas multinacionales están presionando para desestabilizar África. “Vemos cómo aumenta la falta de seguridad”, observó Bahana Manzambi, “vemos el aumento de los golpes de Estado y de los gobiernos de contestación”. Es importante señalar que esta falta de seguridad está profundamente arraigada en cuestiones de soberanía alimentaria, y sus interconexiones con el contexto político. Bahana Manzambi insistió en que “no hay seguridad y nadie protege a lxs campesinxs”. La cuestión de la inestabilidad política está impulsando una crisis migratoria cada vez más grave. “La gente está huyendo hacia Europa, y está intentando desesperadamente llegar de cualquier forma posible, y está muriendo por el camino, y cuando mueren, se pierden familias enteras, hijos, parejas; todo el mundo está perdiendo”.

De África, el panel pasó a Asia, con Chukki Nanjundaswamy (KRRS, India) conectando inmediatamente con los puntos de Bahana Manzambi y situando la crisis climática como factor central que impulsa la migración. Según Nanjudaswamy, la crisis climática no es una realidad lejana; “es una crisis que estamos sintiendo en toda Asia, África, América y Europa”. Más allá de la catástrofe climática, Nanjundaswamy llamó la atención sobre la crisis de la deuda como una crisis que afecta a todo el mundo. De Pakistán a Argentina, pasando por Grecia, cada nudo de esta crisis está relacionado con el papel de las instituciones financieras. “Tenemos que oponernos a culpar a un país o a otro, sino reconocer el papel de las instituciones financieras en la construcción de esta crisis. Se culpa del desempleo a lxs inmigrantes en lugar de a los acuerdos financieros que lo promueven”. La tercera coyuntura crítica que destacó Nanjundaswamy fue la criminalización de los movimientos sociales. Durante las últimas décadas, los movimientos sociales y sus líderes han sido acusadxs, vilipendiadxs, atacadxs y asesinadxs, ya que los gobiernos y las corporaciones utilizan las redes sociales para generar malestar social contra los movimientos. Nanjundaswamy hizo un llamamiento a todxs lxs activistas de LVC para que trabajen en el desarrollo de estrategias que nos unan, subrayando que “lo que nos une es nuestra esperanza colectiva en un futuro mejor; puede que nos enfrentemos a una crisis global, pero con nuestra esperanza podemos construir nuevas propuestas que sean equitativas, feministas y revolucionarias”. Esta conferencia es un espacio más para imaginar un mundo de justicia social”.

Pasando a Europa, Leonardo Van den Berg (Toekomstboeren, Países Bajos) argumentó que el agua proporciona un claro punto de entrada para comprender la materialidad de la crisis climática: el uso del agua es profundamente desigual, siendo utilizada para campos de golf y piscinas, por ejemplo, por los ricos, mientras que la gente necesita agua potable en todo el mundo. Van den Berg recordó a lxs cientos de participantes de LVC que la única solución real es la redistribución de la tierra, las semillas y el agua, lo que significa que la clase dominante, controlada por las corporaciones multinacionales, debe verse obligada a renunciar al control sobre los territorios locales y los recursos que han sido arrebatados a las comunidades locales. Van den Berg terminó con una nota poderosa, deconstruyendo críticamente la colonización y ofreciendo el recordatorio de que la colonización es un proceso continuo. Palestina, recordó, es un trágico ejemplo de esta realidad. Sin embargo, la colonización no sólo está ahí fuera, también está aquí dentro, en nuestras mentes; Van den Berg terminó pidiéndole al público que descolonizara su mente.

Yasmeen El-Hasan (UAWC-Palestina) concluyó la sesión ofreciendo un análisis profundamente enraizado del genocidio que se está desarrollando en Palestina. En las últimas 24 horas, comenzó El-Hasan, Israel ha masacrado a 700 gazatíes. Al relatar la magnitud de la violencia estructural que se ha producido, El-Hasan dejó muy claras las conexiones entre la violencia territorial de Israel y las cuestiones de soberanía alimentaria. Según argumentó, “el número de agricultorxs que han sido asesinadxs es sencillamente incontable. Lxs pescadorxs han sido asesinadxs cuando sus barcos eran bombardeados cuando iban en busca de comida”. Haciendo hincapié en las interconexiones entre la violencia estructural y la soberanía alimentaria, El-Hasan argumentó que Israel tiene una clara visión de intentar “destruir todas las infraestructuras, utilizar el hambre como arma de guerra y asegurarse de que quienes sobrevivan a las bombas se enfrenten a un futuro sin sustento”. Más que un síntoma de los dos últimos meses, está claro que “esto no es nuevo, lleva ocurriendo más tiempo del que yo he vivido, del que cualquiera de nosotrxs ha vivido”. Sin embargo, El-Hasan argumentó que esto no sólo está ocurriendo en Israel, sino también en Sudán y en muchas otras partes del mundo; estos conflictos son creados por el neocolonialismo y el capitalismo climático.

El-Hasan concluyó subrayando que lxs activistas de LVC están aquí para “globalizar la lucha, globalizar la esperanza”. Mirando al público, declaró que “mientras nos encontramos en medio de esta catástrofe, estamos llenxs de energía; estamos siendo testigos de la mayor movilización de masas que jamás hayamos visto por Palestina.” Mientras la multitud prorrumpía en aplausos, ella continuó diciendo que “no sólo estamos viendo esto entre activistas de larga trayectoria, sino en todos los continentes, Asia, África, América Latina, en Estados Unidos -el mismísimo vientre de la bestia-, todo en apoyo de Palestina”. La solidaridad libera. Es una herramienta liberadora. Y LVC es un espacio de liberación. La descolonización no es una metáfora. No nos liberaremos diciendo por favor, siendo la víctima perfecta. Nos liberaremos solidarizándonos con los pueblos del mundo, desmantelando el colonialismo de lxs colonxs. ¿Y cómo lo hacemos? Seguimos haciendo ruido. Seguimos ejerciendo presión. La sentimos desde Palestina. Está funcionando. Y la liberación de Palestina no está en el vacío. Es la liberación de las mujeres. Es la liberación de los colectivos LGBTQ. Es la liberación de todo el pueblo. Perseveraremos y seremos libres. Y desde el río hasta el mar, seremos libres”.