Movilizaciones en Rostock: El G8 tras las alambradas, florecen las alternativas

Tras la cumbre de Heiligendamm, parece bastante claro que el G8 ha perdido totalmente la credibilidad y la legitimidad. Como pasa actualmente con las reuniones mundiales del más alto nivel, la cumbre del G8, que tuvo lugar en Heiligendamm, Alemania, del 6 al 8 de junio, tuvo que esconderse tras las alambradas y en un ambiente de guerra civil para proteger a los líderes de las naciones más ricas de las protestas de la población. Esto no sólo pone de manifiesto la ilegitimidad de los líderes del G8 que deciden el futuro del resto del mundo. También muestra la oposición creciente y masiva hacia sus políticas neocoloniales y neoliberales dentro de sus propios pueblos y más allá de éstos. Durante la última cumbre, el G8 se ha aislado, mostrándose sordo y ciego a una protesta diversa y plural llevada a cabo particularmente por movimientos europeos jóvenes y renacidos. Los ocho jefes de estado no pudieron llegar a ningún acuerdo vinculante sobre el cambio climático y África. Lo que se recordará de la cumbre oficial en Heiligendamm serán las promesas vacías y puros ejercicios de comunicación.

El nivel extremadamente alto de represión y criminalización contra los los jóvenes y los movimientos sociales que se dieron en Rostock sólo resalta el interbloqueo del orden del G8. Mientras que en los campamentos, durante las manifestaciones y los bloqueos, la inmensa mayoría de los activistas se reunían pacíficamente y mostraban un alto nivel de responsabilidad, la policía alemana actuaba con injustificada violencia y provocación. Cientos de personas fueron arrestadas por motivos como tener cinta adhesiva o cordones en sus bolsos.

A pesar de este elevado nivel de represión, las movilizaciones en Rostock fueron un gran éxito. Tanto en la cumbre alternativa como en los bloqueos, diversos movimientos se reunieron, hablaron y actuaron juntos para oponerse a las políticas destructivas del G8 y dar vida a las alternativas. Los tres campamentos en Rostock, Reddelich y Wichmannsdorf fueron ejemplos vivos de solidaridad
y comunidades sostenibles, auto organizadas y llenas de entusiasmo donde más de 20.000 personas convivieron juntas durante aproximadamente una semana.

Para Via Campesina, ha sido una oportunidad única de situar la alimentación y la agricultura en el centro de la lucha en Europa, y para interactuar con otros movimientos sociales. Agricultores jóvenes de toda Europa y otros países encontraron en Rostock un espacio para debatir las formas de desarrollar la agriculatura a pequeña escala en sus respectivas comunidades y países, así como para expresar su disconformidad con la dominación de la agricultura por compañías transnacionales.

Via Campesina condena de forma contundente la represión ejercida por la polícia sobre protestas eminentemente pacíficas y exige la liberación inmediata de todos los activistas que aún siguen detenidos tras las movilizaciones anti-G8. También lamentamos que muchos de los medios de comunicación principales se centraran en la violencia y los problemas de seguridad, a pesar de que las protestas demostraron en realidad las fuerzas sociales tan diversas, vivas y creativas que están actuando hoy en día en Europa para luchar contra el racismo, el fascismo, el sexismo, el capitalismo y la destrucción medioambiental. Mientras que los líderes del G8 se reunían tras sus alambradas, los protestantes demostraron claramente que las alternativas pueden florecer.

La Vía Campesina

Bruselas, 11 de junio de 2007
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