Las mujeres campesinas de La Vía Campesina en África dicen ¡NO a la OMC y a los TLC!
Se intensifica la resistencia mundial al libre comercio: Día Internacional de Acción contra la OMC y los Tratados de Libre Comercio.
Lomé, Togo, 13 de septiembre de 2024: Cada 10 de septiembre, las organizaciones miembros de La Vía Campesina (LVC) de todo el mundo se unen para resistir contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los Tratados de Libre Comercio. Organizan acciones y llevan a cabo campañas de concienciación para exponer las injusticias y desigualdades causadas por estas políticas en los medios de vida, la salud pública, el medio ambiente y la soberanía alimentaria.
Nosotras, las mujeres de La Vía Campesina en África, reunidas aquí en Lomé, Togo, nos unimos a otros miembros de LVC, aliadxs y amigos de La Vía Campesina en todo el mundo para alzar nuestras voces contra la OMC y los TLC, ya que son una amenaza para los derechos humanos, la soberanía alimentaria, la sostenibilidad ambiental y las economías locales que conducen a inmensas desigualdades.
El coste real del libre comercio
A lo largo de los años, la OMC y los Tratados de Libre Comercio han dado prioridad a los intereses de las empresas multinacionales, a menudo a expensas de nosotros, los pequeños productores de alimentos y las comunidades indígenas. Estas políticas profundizan la desigualdad y permiten a las corporaciones explotar la mano de obra, socavar la soberanía alimentaria y agotar los recursos naturales sin ningún remordimiento.
Las mujeres de La Vía Campesina en África estamos diciendo ¡No a la OMC y a los TLC! porque no nos sirven, no protegen nuestros derechos como mujeres campesinas y no abrazan la soberanía alimentaria. Por el contrario, los acuerdos comerciales desarrollados por la OMC están diseñados para beneficiar únicamente a unos pocos individuos y concretamente a las corporaciones multinacionales, mientras que violan los derechos de lxs campesinxs, degradan el medio ambiente, limitan el acceso y el control de los servicios sociales esenciales.
La OMC y los TLC han tenido un profundo impacto en lxs pequeños agricultores al exponernos a una mayor competencia por parte de las grandes agroindustrias y los productores internacionales. Estos acuerdos fomentan la eliminación de barreras comerciales, permitiendo el dumping de productos agrícolas baratos y fuertemente subvencionados procedentes del extranjero en nuestros mercados locales, con los que lxs pequeños productores de alimentos no podemos competir. Como resultado, se nos expulsa de los mercados locales y se nos obliga a cambiar los cultivos alimentarios tradicionales por cultivos comerciales orientados a la exportación, lo que socava la soberanía alimentaria y el patrimonio cultural. Además, los derechos de propiedad intelectual vinculados a los TLC a menudo otorgan a las empresas el control sobre las semillas, limitándonos a los campesinos el acceso, el intercambio y el desarrollo de nuestras variedades tradicionales, explotando a las mujeres y erosionando aún más nuestra autonomía y resiliencia. Esto limita nuestro papel fundamental de custodias de las semillas como mujeres.
Además, estos acuerdos promueven modelos de agricultura industrial que contribuyen a la degradación medioambiental y al acaparamiento de tierras, amenazando nuestros medios de vida como pequeños productores de alimentos. En última instancia, la reducción de las protecciones gubernamentales, como los recortes arancelarios y la privatización de los servicios agrícolas, nos dejan a los pequeños agricultores vulnerables a la volatilidad de los precios, el cambio climático y el desplazamiento de las zonas rurales. Esto ha dado lugar a las crecientes demandas de justicia comercial, que exigen políticas que den prioridad a la soberanía alimentaria, la sostenibilidad medioambiental y el acceso justo a los mercados y los recursos. Necesitamos políticas comerciales que sean inclusivas y protejan nuestros derechos como campesinos.
Mientras que los defensores de la OMC y los TLC argumentan que estos acuerdos crean oportunidades para aumentar el comercio y el crecimiento económico, los pequeños agricultores a menudo se llevan la peor parte de las consecuencias negativas. Por lo general, estas políticas favorecen a los grandes agronegocios y a las empresas multinacionales, lo que se traduce en explotación laboral, pérdida de soberanía alimentaria, crecientes desigualdades, degradación medioambiental e inestabilidad social. En consecuencia, cada vez son más los llamamientos en favor de la justicia comercial y la protección de los pequeños agricultores mediante políticas que den prioridad a las economías locales, la soberanía alimentaria y el acceso equitativo a los recursos.
Llamamiento a la acción
Nosotras:
- Pedimos políticas de comercio justo que sean inclusivas y protejan nuestros derechos como campesinxs.
- Hacemos un llamamiento a los países africanos para que adopten su agrobiodiversidad local en aras de la soberanía alimentaria.
- Llamamos a las distintas partes interesadas para que se unan a la campaña y conciencien sobre los peligros de la OMC y los TLC.
- Pedimos a los gobiernos africanos que promuevan y refuercen nuestros mercados locales y protejan a las campesinas.
- Como movimiento global, nos solidarizamos en medio de las crisis climáticas y económicas sin precedentes para pedir acuerdos comerciales que respeten los derechos humanos, la soberanía alimentaria, la igualdad y la justicia medioambiental. Abogamos por la democratización de las políticas comerciales, garantizando que se desarrollen de forma transparente y con la participación de todas las comunidades afectadas.
Rechazamos los sistemas destructivos establecidos por la OMC y estos acuerdos comerciales. En su lugar, exigimos un sistema que priorice el desarrollo sostenible, el comercio equitativo y el respeto por la naturaleza.
¡GLOBALICEMOS LA LUCHA! ¡GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!
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