La Vía Campesina en el Diálogo de Gobernanza Colaborativa del CSA sobre Financiamiento: “Financiar políticas públicas que protejan y fortalezcan la producción alimentaria local”

Hoy, 15 de abril de 2025, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) organizó un evento híbrido sobre el Diálogo de Gobernanza Colaborativa para la Financiación de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (celebrado en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en Roma, Italia). Morgan Ody, Coordinadora General de La Vía Campesina, fue invitada a presentar la experiencia y perspectivas sobre los desafíos clave en materia de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición que enfrentan lxs campesinos, lxs pequeños productores de alimentos y la sociedad civil en el marco del Mecanismo de la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (CSIPM). A continuación, se presenta la intervención de Morgan durante la sesión “Reflexiones de los grupos de interés del CSA”.
El domingo, se produjo una gran movilización campesina en Pakistán para protestar contra la retirada oficial del Precio Mínimo de Apoyo (PMA) del trigo por parte del gobierno. Esto se vinculó con las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para reducir la regulación del mercado en el sector agrícola. El mecanismo del Precio Mínimo de Apoyo (PMA) es una política de larga data que ha proporcionado una red de seguridad financiera crucial a millones de agricultores. Esta reducción de las protecciones de precios ha desencadenado un peligroso efecto dominó en los sistemas agrícolas y alimentarios de Pakistán. Lxs pequeños agricultores, en particular, se encuentran ahora expuestos a una grave volatilidad del mercado, sin un precio mínimo garantizado. Sin el MSP, son cada vez más vulnerables a la explotación por parte de intermediarios y comerciantes privados, lo que agrava la inseguridad económica de las comunidades rurales. Esto afectará los ingresos de millones de familias rurales pobres, ya que suelen ser las más afectadas por la inseguridad alimentaria, pero también la capacidad de lxs pequeños agricultores para producir alimentos saludables para los mercados locales.
Este ejemplo muestra el impacto de las decisiones de las instituciones financieras en la seguridad alimentaria y la nutrición. En todo el mundo, estas instituciones y los países acreedores están atacando la soberanía alimentaria de las personas. Imponen políticas de ajuste estructural y presionan a los gobiernos para que prioricen la producción orientada a la exportación, mientras importan los alimentos que su población necesita. Esto genera altos niveles de dependencia de mercados internacionales extremadamente volátiles, una mayor vulnerabilidad a la especulación en mercados agrícolas altamente financierizados y enormes olas de hambruna cuando ocurren crisis, como en 2008 o 2022.
Como organizaciones de pequeños productores, venimos exigiendo la soberanía alimentaria. Este derecho de todos los pueblos y estados a desarrollar políticas públicas para proteger y fortalecer la producción local de alimentos, adaptada a la diversidad de culturas y prácticas. ¿Qué tipo de financiación es necesaria para la soberanía alimentaria?
En primer lugar, ¿qué debería priorizarse en la financiación? Creemos que la financiación debe dirigirse a políticas públicas que protejan y fortalezcan la producción local de alimentos, basada en numerosos pequeños productores. Por ejemplo, programas de reforma agraria para garantizar el derecho a la tierra, políticas de regulación del mercado, como las reservas públicas como BULOG1 en Indonesia o el programa MSP en India o Pakistán, y políticas que apoyen la transición hacia la agroecología mediante programas de formación. Los subsidios a las grandes empresas privadas han aumentado considerablemente en las últimas décadas: es muy problemático y debería reducirse. En cambio, es fundamental que los gobiernos inviertan en infraestructuras y servicios públicos adecuados adaptados a las necesidades de los pequeños productores de alimentos. Pueden ser carreteras que conecten las aldeas con la ciudad, mataderos, carreteras para garantizar el acceso al agua o la electrificación. Estas inversiones deben realizarse tras consultar a los pequeños productores y garantizar su participación. De lo contrario, a menudo vemos inversiones que favorecen únicamente los intereses de unas pocas empresas transnacionales (ETN) o de personas adineradas con buenos contactos en el gobierno, en detrimento de las comunidades locales.
En segundo lugar, ¿de dónde debería provenir el dinero? Es fundamental saber de dónde proviene la financiación, y creemos que no se destaca lo suficiente en muchos debates. La soberanía alimentaria debe ir acompañada de una recuperación de la soberanía financiera. No nos oponemos a los programas de apoyo y ayuda internacionales, pero estos programas no deben generar más dependencia. Los programas del Fondo Monetario Internacional, FMI y el Banco Mundial han tenido un impacto drástico en la soberanía alimentaria al proporcionar financiación vinculada a programas de ajuste estructural, el desmantelamiento de la regulación del mercado, los servicios públicos y las reformas agrarias genuinas. Exigimos que las auditorías de las alianzas público-privadas también suelen tener consecuencias negativas para lxs pequeños productores de alimentos, lo que lleva al acaparamiento de tierras o agua, o al acaparamiento de los mercados locales por parte de las ETN. Cuando los países se vuelven dependientes de USAID u otra ayuda internacional, esto suele ser una contrapartida para el acceso a los mercados o una alfombra roja para que las ETN de los países del Norte accedan a recursos como los minerales. Y cuando esta ayuda cesa repentinamente, deja a los países del Sur Global en una situación muy precaria.
Por esta razón, los países deberían centrarse en desarrollar un sistema tributario que genere recursos sostenibles para su presupuesto nacional. Gravar a las grandes empresas y a las personas muy ricas debería ser una prioridad. Los aranceles, si se utilizan correctamente, también pueden generar financiación para los gobiernos, protegiendo al mismo tiempo la producción local. Finalmente, una economía rural próspera también puede contribuir al fortalecimiento del sistema fiscal nacional. Esto significa frenar claramente la corrupción que socava a tantos países, tanto del Norte como del Sur. Los estados deberían trabajar para la gente, no para los multimillonarios.
En conclusión, observamos que el dinero internacional escasea. ¿Dónde debería invertirse mejor para apoyar la soberanía alimentaria? Apoyar una sociedad civil fuerte, y en particular a los movimientos sociales en las zonas rurales, capaz de garantizar la rendición de cuentas y un alto nivel de probidad en la elaboración e implementación de las políticas públicas nacionales, y en particular supervisar las políticas fiscales, es probablemente una forma muy eficaz de garantizar que la lucha contra el hambre y la desnutrición reciba el apoyo adecuado.
1 BULOG Public Corporation, anteriormente la Oficina de Logística de Indonesia, es una corporación estatutaria en Indonesia creada para la distribución de alimentos y el control de precios.